17 de septiembre de 2016

Mientras más show, más lejos estamos del camino

En la discusión sobre este tema, los actores perdieron la brújula hace mucho rato. Se ha centrado todo el debate, para variar, ahí dónde hay más show y menos efectividad: en los turbios senderos del Derecho Penal; y lo peor de todo, sin entender un mínimo de la rama más distante de las transformaciones sociales que uno podría imaginar. ¿Alguien podría decir, seriamente, que con el ACTUAL estado de la doctrina en la materia se podría castigar a una mujer que aborta en el contexto de las famosas tres causales sin desconocer el sentido básico de la inexigibilidad de otra conducta como causal de exculpación? ¿Qué queda de la idea de culpabilidad de la conducta como fundamento de la pena si tenemos que DESPENALIZAR casos como las mentadas tres causales para tener la tranquilidad de que una mujer que aborta en esas circunstancias no arriesga terminar en la cárcel?
Falta que definamos, primero que todo, cuestiones esenciales de orden, Pero no existe voluntad política para ello, porque en el fondo lo que hay en juego, lo que realmente se está discutiendo, es la posibilidad de que una mirada ideológica prevalezca sobre otra. No si nos interesa la vida del feto o los derechos de la mujer en tal contexto. Parece que tales aspectos medulares a nadie le importan de verdad, en la medida que se discute si hacemos transformaciones con palos y piedras en circuitos integrados. No partimos de consensos evidentes (como que nadie quiere que la mujer aborte, que queremos encontrar la mejor manera de evitar el dolor y la lesión de derechos) para buscar primero las definiciones y luego las medidas específicas que se hagan cargo de manera eficaz de los conflictos.
Cuando entiendan que el Derecho Penal, sobre todo en casos como estos, HA SIDO, ES Y SEGUIRÁ SIENDO INEFICAZ; y que las soluciones de verdad se deben basar en visiones constitucionales legitimadas y en Políticas Públicas sensatas, particularmente de salud y educación, solo en ese momento podremos hablar de una discusión en serio. Por último, cuando asuman que si se van a meter en el Código Penal de 1874, al cual, desde esa fecha NO LE DEBEMOS ABSOLUTAMENTE NADA BUENO PARA NUESTRA SOCIEDAD, deberían estudiar un poco Teoría del Delito y de la Pena y considerar estudios históricos y comparados sobre aplicación y cumplimiento de condenas en función de cambios sociales. Sólo en ese momento toda esta puesta en escena, dejará de ser una caricatura rasca.
Mientras tanto, solo delantales en el pasto y más show sobre situaciones excepcionalísimas, sin intención de abordar el tema como adultos.

Roberto
@rabigonz