La eutanasia ha sido, y sigue siendo, una de las cuestiones más controvertidas vinculada al análisis del derecho a la vida y a la Teoría de los Derechos Humanos en general. Sus orígenes se remontan a las más primitivas etapas del desarrollo cultural del ser humano. Desde entonces se han formulado un sinnúmero de argumentos a favor y en contra de su aplicación, en diversos ámbitos, con los más diversos fundamentos. La misma noción de eutanasia resulta controvertida, toda vez que tal sustantivo nos permite identificar una serie de conductas que difieren tremendamente en su materia y objetivos. (eutanasia activa, eutanasia pasiva, suicidio asistido, etc.)
Por otra parte las legislaciones del mundo parecen no seguir una tendencia definida. En Holanda y Bélgica entraron en vigencia hace un par de años leyes que legitimaron la eutanasia, en el resto del mundo la proscripción se nos presenta como la regla general.
Antecedentes interesantes encontramos en la jurisprudencia del Tribunal Supremo Británico que resolvió el año 2002, autorizar la desconexión de un ventilador artificial de una mujer, en circunstancias que tal mecanismo le permitía permanecer con vida, una vida según ella no deseable, toda vez que todo su cuerpo se encontraba paralizado sin posibilidad razonable de recuperación. Tiempo más tarde ella murió. La discusión se torna aún más compleja si consideramos que poco tiempo antes otra mujer también inglesa, en similares condiciones, -su muerte era inminente y padecía intenso sufrimiento físico y psíquico, pero no requería ventilación mecánica para conservar la vida- solicitó que no se procesara a su marido si éste la ayudaba a morir: tal solicitud fue rechazada.
Se ha comenzado a generar debate en Chile a propósito del tema. Me interesaría conocer la opinión de nuestros visitantes. Y la de mi compadre, por cierto, que al parecer fue abducido. O decidió no prolongar su sufrimiento y dejarme como el nombre de nuestro blog.
Roberto