El dedo de Bitar

A estas alturas del proceso eleccionario hay varias cosas que no me cuadran. La primera de ellas es la rotativa ministerial. ¿Es razonable que los que se supone son los “mejores hombres del presidente” se alejen de sus funciones para efectos de dedicarse a la propaganda? Parece que, desde una perspectiva de país, lo mejor sería que los más aptos se avocaran a la persecución del bien común de una manera directa y no a través de las campañas políticas, pero debemos destacar que ellos tienen la misma libertad de trabajo, establecida en el artículo 19 N°16 de nuestra constitución, que cualquier ciudadano. Por lo mismo el reproche no desborda el orden moral.

Ahora ¿eran los mejores? ¿lo estaban haciendo realmente bien? El caso, bien es sabido, tiene nombre y apellido. Bitar abandona el buque poco antes de que se publiquen los resultados de la PSU que confirman que la diferencia de rendimiento entre los ricos y los pobres es aun más grosera que antes. Se constata una vez más el fracaso miserable de la educación pública en Chile. ¿Qué tan responsable es Bitar de ello? Es difícil determinarlo con precisión. Pero lo políticamente correcto, hubiera sido que él hubiera estado en la testera para darnos esa explicación, con bastante detalle.

Por otra parte, reconociendo que la situación a la que hicimos referencia es a lo menos dudosa (insistimos: para nada antijurídica) Es bastante poco atinente hacer referencia a ella en un debate público trascendental como aquel que enfrentó a los candidatos a la presidencia. Bachelet no es Bitar y mucho menos Lagos. Hay muchas otras cuestiones que resultaban más interesantes de escuchar atendiendo, sobre todo, al escaso tiempo disponible al efecto. Pero el millonario también está en su derecho de argumentar que los desajustes de un gobierno anterior, de la misma línea del que presidiría su contrincante, son un antecedente para tener en cuenta a la hora de votar.

Finalmente la reacción de Bitar... Patética. En la retina quedó la imagen de un político tradicional, de la línea que tanto desagrada al hombre de la calle, buscando ganar protagonismo o desarticular al rival con aletazos que ciertamente, si no hubiera habido cámaras enfocando, hubieran sido menos epilépticos.

En fin, toda una línea de expresiones de política cochina y falta de altura de miras. Mal todo. Mal todos


Roberto

¿Qué esperabas?, ¿un debate en el cual se confrontaran ideas con altura de miras?, ¿Tratamiento profundo de los problemas y esperanzas más profundas de los chilenos?, ¿reconocimiento de las falencias propias y presentación de las medidas para superarlas?, no mi amigo. Ya lo he señalado hasta el cansancio, creo en los sueños, pero no me dejo engañar fácilmente.

Con 16 años de gobierno la Concertación está demostrando su notable desgaste interno que manifiesta en la perdida del horizonte que apoyamos, alguna vez, terminando tristemente con un país macro económicamente estable, pero socio económicamente desigual. Con la presentación de una candidata que… bueno pasemos a otro punto… Con una arrogancia suprema que ciega la posibilidad de autocrítica y mejoramiento. Lamentablemente en esta segunda vuelta, alternativas no hay. Aunque creo que anular es también una alternativa.

Después tenemos a Piñera, un empresario que creo que puede cumplir lo que promete. Mal que mal son sólo 4 años, el problema es su real motivación para hacer las cosas ¿Quiere ser presidente a fin de solucionar los problemas latentes en este país o quiere pasar a la historia como un gran personaje?. Me inclino por la última alternativa, creo que su ego es gigantesco, a estas alturas eso no es un pecado, pero prefiero un líder sincero y con una cuota de preocupación por los demás. Por último, y eso es lo que encuentro más grave, es imaginarme un gobierno con Longueira, Moreira, Novoa… Puaj!. Así que otra alternativa no viable desde mi punto de vista.

Lo de Bitar impresentable, propio de la arrogancia que se ha alojado en el alma de la Concertación.

En resumen y por ahora: Mal todo, mal todos… AHORA TODOS TU SOLO.

Freddy